La historia de los eventos criminales. La derrota de la Orden del Temple

El 22 de septiembre de 1307, el Consejo real de Francia decidió arrestar a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón (“los Caballeros Templarios”). Esta orden militar y religiosa, fundada en 1199 para luchar contra “los infieles” en Palestina, fue fabulosamente rica y llevó a cabo su política con fuego y espada durante las Cruzadas. Los enemigos de los Templarios difundían rumores de que los caballeron adoraban al diablo en forma del ídolo de Baphomet, quemaban bebés, organizaban orgías sangrientas, etc. Felipe IV de Francia el Hermoso que durante mucho tiempo había soñado con poner sus manos en la propiedad de la Orden, no dejó de aprovechar la oportunidad. En septiembre de 1307, con la bendición del Papa, se firmó el rescripto sobre el arresto de los Templarios (a principios del siglo XIV, el número de miembros de la Orden llegó a 20 mil personas). Durante tres semanas, los preparativos para esta acción policial sin precedentes eran llevadas a cabo en el más estricto secreto. Los oficiales reales, los comandantes militares y los inquisidores locales no sabían hasta el último momento lo que iban a hacer: se recibieron instrucciones en paquetes sellados que solo se podían abrir el viernes 13 de octubre. Los Templarios fueron tomados por sorpresa. Nadie pensó en resistir. Numerosos crímenes contra la religión y la moralidad se les atribuyeron: la blasfemia y la renuncia a Cristo, el culto al diablo, el sodomismo y otras perversiones. La ejecución de 54 Templarios que rechazaron sus confesiones obtenidas anteriormente bajo tortura tuvo el efecto apropiado sobre los demás testigos, desalentándolos de hablar en defensa de la Orden.

La investigación judicial duró siete años. En mayo de 1312, por decisión de la Сorte eclesiástica, la Orden Templaria fue disuelta. Sus bienes, unos 50 millones de thalers, fueron confiscados. El 18 de marzo de 1313, el jefe de la Orden, el Gran Maestre Jacques de Molay, fue quemado en la hoguera en París.

Igor Dzhokhadze. La crónica criminal de la humanidad

Traducido por Yelizaveta Ovchínnikova

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